A. Lange & Söhne presenta el Richard Lange, basado en la precisión y la sencillez
A. Lange & Söhne lo vuelve a hacer: revoluciona el mundo de las súper-complicaciones ofreciendo un reloj que da la hora, los minutos y los segundos. Solo eso, y tanto a la vez. No puede se puede ofrecer nada más sencillo, y sin embargo imanta nuestras miradas tanto o más que las esferas más complicadas de la casa (por no hablar de las de otras).
El reloj de observación
El modelo Richard Lange apareció por primera vez en 2006, trayendo nuevamente a escena los relojes de observación científica, a los que se exigía la máxima precisión. Rendía homenaje al hijo mayor de Ferdinand A. Lange quien, como director técnico de la manufactura, enfocó su dedicación a la relojería de precisión sobre la base de la investigación científica.
Belleza precisa
Esta nueva edición del Richard Lange reinterpreta su ancestro con un estilo arrebatadoramente contemporáneo. La caja, de 40,5 mm, está realizada en oro blanco y enmarca una esfera de plata sobre la que se mueven las manecillas de acero azulado. Tanto estas como los indicadores romanos horarios permiten llevar a cabo con claridad y precisión la función primigenia de estos objetos de deseo que llamamos relojes: saber la hora. Algo que a menudo se olvida y que la manufactura sajona nos recuerda con esta obra maestra, sólo disponible en las boutiques de la marca y que reta a todos con sobria osadía.
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