Google:La misión espacial de Romain Jerome

Si algo ha caracterizado a la marca de relojes Romain Jerome es su espíritu de innovación y frescura. En esta ocasión la Manufactura nos presenta su primer reloj para pilotos llamado Spacecraft. Este guardatiempo ha nacido bajo el cuidado de Manuel Emch, Eric Giroud y Jean-Marc Wiederrecht como una conjunción de un gusto colectivo y su inspiración en las naves espaciales, no cabe duda, al verlo nos imaginamos que este reloj bien podría aparecer en alguna de las películas de Star Wars o Star Trek.

 Este modelo posee un mecanismo con un encanto particular a pesar de su aparente sencillez. Para Manuel Emch, CEO de Romain Jerome, no fue nada difícil tomar la decisión de asociarse con dos de los hombres más importantes en la industria: Eric Giroud y Jean-Marc Wiederrecht. El mecanismo y diseño del Spacecraft es una obra nacida del genio colectivo de estos tres personajes. Desde los primeros bocetos tuvieron la idea de generar un producto capaz de combinar a la perfección la estética retro con la futurista para poder entregar un guardatiempo totalmente atemporal.

 “El diseño envuelve en una sola pieza nuestras discusiones y continuos cambios derivados de las mismas. Eso es lo que lo vuelve el producto único que es”, señala Eric Giroud. Prueba de ello es la caja con un diseño trapezoidal hecha en titanio con tratamiento PVD que lo llenan de ese halo de misterio y expectación.  Un disco negro rotativo con un indicador rojo se encarga de señalar el paso de los minutos a través de la carátula en la parte superior del reloj mientras que la carátula linel lateral nos da las horas.

 Aunque su diseño es sencillo, gracias a las líneas envuelve un particular y complejo movimiento oculto a primera vista. Jean-Marc Wiederrecht es el hombre detrás del mecanismo de cuerda automática, exclusivamente diseñado para Romain Jerome, donde se combinan las funciones de horas laterales, lineales, horas saltantes y retrógradas, conviertiéndolo en un reloj único en el mercado. Un modelo así por supuesto tenía que ser una obra de edición limitada a tan sólo 99 piezas.